Parece una broma del destino, una casualidad muy bien maquetada que justo coincidieran en el podio de Melbourne un tipo que arrasó con todo lo que se ponía a su paso durante cuatro películas -dos más a la vista- y un hombre que curiosamente comparte apellido con una de las protagonistas del film con el que ojalá no se iguale en número de entregas. Porque, de momento, la segunda parte se está grabando, y si algún equipo no pone remedio pronto, veremos en nuestras pantallas una trilogía más monótona que la vuelta de Peter Jackson a los focos con su "alargación" del Hobbit.
Sin embargo, no estamos para hablar de películas, sino para comentar un escenario con casi el mismo número de millones que Hollywood y en el que contamos con nuestro particular "paseo de las estrellas". Mercedes ganó el domingo, nada nuevo bajo el sol, Hamilton primero, Rosberg segundo y Vettel tercero.
¿Vettel?, vaya, eso sí es una sorpresa. No creo en la resurrección de Ferrari, ni en la resurrección de Vettel ni nada por el estilo. No vale eso de aplicar la regla de la cautela en la pretemporada para dar la imagen de ser una persona prudente y entendida sobre este mundo y, a la primera carrera, ya vaticinar lo que va a ocurrir el resto del año. Pienso que de lo ocurrido en Australia se puede sacar muy poco de realidad. Primero porque los equipos y pilotos evolucionan durante la temporada, y segundo porque Albert Park no es un circuito al uso. Está situado en un parque público y con un asfalto más resbaladizo que los que se suelen encontrar en el calendario. Mucha importancia de la tracción y la estabilidad en frenada, y algunas zonas rápidas en la que se prima el agarre aerodinámico.
Dicho esto, es cierto que Ferrari ha dado un paso adelante. Sí, y es posible que algunos me coman por ello, pero creo que Ferrari ha mejorado, ¿cuánto?, no lo sabemos, porque Mercedes ha vuelto a dar otra zancada en invierno, y Williams y Red Bull, quienes se presuponían como sus principales rivales en Australia, han estado bastante diluidos, por problemas de motor y porque Massa no hizo su mejor carrera frente a un Vettel al que la diosa de la estrategia le guiñó un ojo.
Ojo que, a la hora de mirar a Raikkonen y Sainz parece que puso tuerto. Ambos sufrieron problemas en sus pasos por boxes, ambos en la rueda trasera izquierda, y ambos vieron cómo sus aspiraciones se escapaban. Por un lado, un brillante Sainz caía hasta la última posición y tenía que remontar hasta la novena plaza final, posición muy meritoria para un debut excelente en el que no cayó en la trampa de los nervios. Por el otro, Kimi perdía un tiempo precioso en su primer paso por pits que le retrasaba y consumía sus aspiraciones de llegar a la cuarta posición de Massa, aspiraciones que quedaron finalmente dilapidadas cuando en su segunda parada una rueda no se apretaba del todo y le obligaba a hacerse a un lado.
No fue el último en apearse a la cuneta. Honda está viviendo una situación muy difícil, y en Melbourne se ha demostrado que mucha filosofía samurai van a tener que aplicar para esquivar todos los enemigos que se interponen entre ellos y la victoria. Magnussen no pudo siquiera llegar a la parrilla, reventando, literalmente, su motor en la vuelta de formación. En su infortunio le acompaño Kvyat, que vio cómo su RB12 se quedaba sin caja de cambios, posiblemente por las vibraciones del motor Renault, tal y como dijo en el post-carrera Christian Horner.
El jefe de equipo de los toros ha estado, en palabras de Toto Wolff, llorón. Sus comentarios instando a un cambio en el reglamento que permitan que se frene a Mercedes se han tomado como una hipocresía después de venir de cuatro años de dominio Red Bull. Horner se ha defendido alegando que a ellos se les pusieron más límites, y tiene razón, a Red Bull se le intentó frenar en más ocasiones, pero en la mayoría de ellas los austriacos presentaban coches en la parrilla con soluciones muy al límite del reglamento, algunas incluso sobrepasándolo. A Mercedes, lo único que se le puede achacar es hacer su trabajo mejor que nadie.
Mejor que nadie... ¿sabiendo más que nadie?. Eso se lo dejamos a Ecclestone. Si es verdad que la FIA "ayudó" a los alemanes, no me sorprendería demasiado. La Fórmula 1 venía de cuatro años de dictadura Red Bull y Vettel, ¿se imaginan qué hubiera ocurrido si Renault llega a construir el mejor motor?. No lo justifico, solo doy mi opinión acerca de este asunto, que no es otra que pensar que, con el fin de evitar más años de dominio 'Made in Milton Keynes', la FIA dio un empujoncito a la formación que en su momento vio con más capacidad de hacer frente a Red Bull, esto es Mercedes.
Hay quien dice que la Fórmula 1 está pasando por horas bajas. Y es cierto que hay un látigo que está castigando a la categoría, y por desgracia estamos viendo los resultados en forma de noticias negativas como la ausencia del calendario de este año de un Gran Premio de Alemania que no faltaba a su cita desde 1960. Sin embargo, pienso que, aunque no hay duda de que se necesita reescribir el guión, no hay que caer en los dramatismos, tal y como se ha leído por las redes sociales. Siempre han desaparecido equipos, siempre ha habido circuitos que han caído por uno u otro factor y, siempre, y esto sí que no me lo puede rebatir nadie, ha habido épocas de dominio.
Esto es, ha sido, y será algo inherente a la Fórmula 1: la carrera por hacer el mejor monoplaza del mundo, por hacer un coche que supere al resto, una máquina perfecta que se conjugue con el piloto idóneo y que cada fin de semana, cuando se apaguen los semáforos y alguien intente quitarle la victoria, diga mientras se escapa como una bala eso de "Sayonara, baby". Es miércoles y el Gran Premio cerró hace tres días, pero había tantas ganas de ver Fórmula 1 que la resaca se ha alargado más de la cuenta.
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