El décimo Gran Premio de la temporada 2014 ha servido para dejar aún más claras dos cosas que están marcando el guión de este año. Por un lado, que la única opción de batir a los Mercedes es rezando para que tengan una avería; y que, carrera tras carrera, el tan ansiado espectáculo va llenando nuestras pantallas (aunque no los asientos de los circuitos). El Gran Premio ha estado lleno de luchas, adelantamientos y emoción, ayudado, en parte, por el hecho de que Hamilton saliera desde la cola del pelotón.
Tras los entrenamientos libres todo hacía pensar en un doblete de Mercedes en su casa, pero las ilusiones de los germanos pronto se vieron truncadas cuando, por culpa de un problema en el freno delantero derecho, Hamilton tenía un fuerte accidente en la curva de Sachs y destrozaba el monoplaza. A falta de 10 minutos para que acabara la sesión, uno de los principales aspirantes a ocupar la pole quedaba fuera de combate. Ésta, iba a parar a manos de su compañero, precedido por Bottas y Massa, y con Magnussen y Ricciardo en la cuarta y quinta posición. Alonso, arrancaría desde la séptima casilla con Vettel en el punto de mira y Kvyat inmediatamente detrás.
Rosberg fue el más rápido en reaccionar cuando los semáforos se apagaron, cruzando sano y salvo la primera curva, al contrario que Magnussen y Massa. El brasileño cerró la puerta al de McLaren y como resultado de la colisión, salió despedido arrastrándose varios metros boca abajo. El incidente, sin consecuencias para Felipe, obligó a Ricciardo a tomar un largo desvío por la escapatoria para esquivar el Williams, lo que le devolvió a pista en las últimas posiciones. Como consuelo para el australiano, el accidento hizo necesaria la aparición del Safety Car, lo que reagrupó a todos.
Después de una sola vuelta, Maylander volvió a la calle de boxes y se reanudó el Gran Premio. Con dos gallos como Hamilton y Ricciardo en la cola del pelotón, los adelantamientos no iban a tardar en llegar. El británico fue el más agresivo, deshaciéndose vuelta tras vuelta de los monoplazas que se interponían en su camino, aunque fuera a base de toques (como el que tuvo con Sutil en la vuelta 7). A estas alturas, ya se encontraba en la decimosegunda posición con Ricciardo como siguiente objetivo. El alto ritmo de ambos combinado con la lentitud de Pérez formó un trenecito en el que se coló Räikkönen. Ricciardo puso al finlandés entre él y Hamilton, pero el de Mercedes no iba a darse por rendido, y una vuelta después pasaba a ambos en una maniobra espectacular en la que se tocó con Kimi en la horquilla. En la vuelta 14, era Pérez quien sucumbía al martillo inglés.
Por detrás llegaban Vettel y Alonso. Ambos no tuvieron suficiente con el duelo de Silverstone y se enfrascaron en una bonita batalla en la que la peor parte se la llevó...Räikkönen. De nuevo "melted-man" fue la marioneta de dos pilotos luchadores y, en la horquilla, se tocó con ambos. El español consiguió escalar una plaza y continuó persiguiendo al Red Bull número 1.
En la vuelta 16 el líder de la carrera, Nico Rosberg, hacía su primera parada y montaba el neumático blando. Bottas hacía lo mismo y, aunque no suponía ninguna amenaza para el triunfo del alemán, sí que se postulaba como candidato para ocupar el segundo escalón del pódium. Hamilton, por su parte, seguía haciendo de las suyas, y esta vez era Jenson Button el que probaba el sabor de la chapa del Mercedes, literalmente. El británico, cuyo McLaren ha dado un paso adelante en cuanto rendimiento, protagonizó una de las efemérides de la carrera cuando en la vuelta 32 realizó una parada de tan sólo 2.3 segundos.
Para aquellos con una estrategia de tres paradas, la segunda ronda de pitstops comenzó alrededor del ecuador de la carrera. En la vuelta 35, y tras haber parado, Alonso adelantó en pista a Vettel, escalando una nueva posición. El pódium quedaba lejos para el asturiano, pero la cuarta posición era bastante factible. Rosberg paraba por última vez en la vuelta 45 y montaba la goma blanda para llegar hasta el final. Vettel, hacía lo propio una vuelta después mientras en pista se incendiaba el Toro Rosso de Kvyat. Quizá el incendio del monoplaza italiano no fue motivo suficiente para sacar de nuevo el coche de seguridad, pero sí el trompo de Sutil que provocó que el Sauber quedara varado en mitad de la pista durante dos vueltas.
La recta final del Gran Premio fue simplemente espectacular. Alonso pasó por boxes en la vuelta 56 para poner las superblandas e ir hasta el final. Tras reincorporarse en séptima posición, el español llegó a los dominios de Button y Ricciardo. Con mucho esfuerzo consiguió adelantar al de McLaren y puso el punto de mira en Ricciardo, a quien, con aún más dificultades, rebasó a falta de siete vueltas para la bandera de cuadros. Por delante, Vettel amarraba la cuarta posición, y Bottas intentaba lo mismo defendiéndose de los ataques de Hamilton. Finalmente, todos mantuvieron sus posiciones y Rosberg ganó la carrera con Bottas segundo, Hamilton tercero y Vettel cuarto. Nico, logró una nueva victoria y consiguió minimizar los daños de su abandono en el Gran Premio anterior. Hamilton realizó una carrera increíble y se llevó la medalla de plata, quedándose a 14 puntos de su compañero de equipo. La cruz del fin de semana fue para Kimi Räikkönen, perdido de nuevo en la clasificación; y Felipe Massa, que no ha completado ni una sola vuelta en dos grandes premios (hoy por su culpa).
El circo de la F1 volverá la semana que viene a la acción, esta vez desde el trazado de Hungaroring. Veremos si el "plato llano" nos ofrece una carrera con la lucha de las últimas que hemos visto, la espera para descubrirlo será corta.
RESULTADOS FINALES:
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