viernes, 8 de septiembre de 2017

Fernando Alonso: reflexión sobre el futuro y opciones del asturiano

Fernando Alonso en el GP de Canadá 2017. ©Lat Images

Sin dudar del enorme talento de Alonso, y a no ser que a un servidor se le escape algo, las oportunidades del asturiano de conseguir un título mundial en los próximos años son muy remotas -por no decir imposibles- debido a la situación actual del mercado, y no sería de extrañar verle tomar la puerta sin conseguir su ansiado tercer título.

Reitero que esto no tiene nada que ver con la calidad y personalidad de Alonso, si no, simplemente, con la manera en que se ha configurado y movido la parrilla a lo largo de estos últimos años, y que ha dado lugar a un bloqueo que es hartamente complicado de desenmarañar para los intereses del asturiano.

En el corto plazo, solo tres equipos, y hay que tirar de fe para meter a Red Bull dentro del grupo de Mercedes y Ferrari, pueden ofrecer a cualquier piloto un asiento digno de un título. Sin embargo, fuera de esa burbuja hay algunas opciones que, con más tiempo de por medio -y ese es el principal enemigo de Alonso-, resultan atractivas. Paciencia y rendimiento son los dos factores que nos permitirán resolver esta ecuación.

Empecemos por el principio, ¿Cómo está la situación en los tres equipos de delante?

MERCEDES:

Mercedes es, si no el equipo referencia, al menos el número dos al mismo nivel que Ferrari. Con Hamilton y Bottas, en Brackley han encontrado la estabilidad que les faltó entre 2014 y 2016 con la pareja Hamilton-Rosberg, y el británico ya ha dado pistas de que quiere continuar más años en la élite. Hasta finales de 2018 no expira su contrato, y pese a que en alguna ocasión se ha hecho de rogar o ha tardado más de lo necesario en dejar su rúbrica –por eso de guisárselo y comérselo él solito-, todo apunta a que, hasta el cambio reglamentario de 2020, Mercedes contará con los servicios del de Stevenage. ¿Bottas? Es casi una obviedad que va a seguir en el otro lado del garaje. Suma, trabaja en equipo y ha demostrado que, cuando Hamilton no está fino, él puede tirar del equipo sin que se note demasiado la ausencia del británico. Salvo retirada de Hamilton en años próximos -y eso daría un estatus nº1 a Bottas y una oportunidad a los Ocon, Wehlein o ¿Russell? de turno- la puerta parece cerrada, simplemente porque en Mercedes han encontrado estabilidad y siguen sumando muchos puntos con ella.

FERRARI:

Ferrari ya ha confirmado a Sebastian Vettel por tres años más. Räikkönen solo ha extendido su contrato por un año, pero desde 2015 este ha sido el ‘modus operandi’ de la Scuderia en el caso de las renovaciones del finlandés. Su buena relación con Seb le avala de cara a mantenerse en el equipo para ayudar al alemán a conseguir el quinto campeonato del mundo –primero para Ferrari desde que él mismo lo hiciera en 2007-. Sus -a veces descafeinados- resultados son el principal obstáculo de cara a futuras renovaciones, sobre todo si Ferrari quiere luchar en serio por ganar el título de constructores.

¿Podría Alonso volver a la marca italiana en 2018 si Vettel consigue el título de pilotos este año? Personalmente, lo veo como un escenario improbable debido a que ahora mismo no queda nadie o casi nadie de la cúpula ferrarista en tiempos de Alonso. Ni Montezemolo ni Domenicali –gran amigo del asturiano- están ya, y nada más llegar en 2015, Arrivabene se encargó de dejar claro por activa y por pasiva que el ambiente dentro de Ferrari ahora sí que era positivo.

La posible –que no confirmada ni probable- marcha de Kimi en 2018 deja una puerta abierta a que un grande ocupe ese asiento. Sabemos que en la política de empresa de Ferrari no cabe el darle la oportunidad de primeras a un Leclerc de turno, por muy bueno que sea. ¿Verstappen? Aquí la cosa cambia. Si sigue descontento en Red Bull tras 2018, me parece un candidato más que probable, con la baza de la edad como carta a favor sobre Alonso; aunque su carácter en algunas situaciones puede jugarle malas pasadas. ¿Ricciardo? Si el ambiente en Red Bull se vuelve muy tenso –de momento la relación parece muy buena- también podría tener alguna oportunidad, aunque eso sería reencontrar a Vettel con su verdugo en 2014. Quizá al alemán le apetezca resarcirse…

En cualquier caso, las opciones en Ferrari parecen limitadas y, sobre todo, dependientes del futuro de Kimi y de una reconciliación que no se vislumbra probable, pese a que nadie firmaba tras 2007 un regreso a McLaren...

RED BULL:

Hablábamos antes de Ricciardo y Verstappen, e hilamos aquí con Red Bull, el tercer equipo que, en mi humilde opinión, tiene posibilidades de ofrecer a Alonso un asiento campeón en los próximos dos o tres años. Y el propio asturiano ha señalado en público cuán improbable es esta opción. Red Bull se nutre de su escuela de pilotos y hace años que no gasta ni un centavo en fichar a grandes estrellas –si es que alguna vez lo hizo-. Una marcha de Verstappen o Ricciardo podría verse rápidamente suplida por la llegada de Sainz –si es que no se ha marchado a Renault para entonces-, un nuevo ascenso de Kvyat –que demostró trabajar bien en equipo con Ricciardo, aunque no le estén acompañando nada los resultados-, o una oportunidad de oro para Gasly.

No obstante, hay que matizar que la escuela de pilotos de Red Bull empieza a decaer. En caso de que Toro Rosso se dedique a vender sus asientos –y ya está pasando con Gelael- quizá esa escalera se rompa y se dé la oportunidad a gente externa a la familia de las bebidas energéticas de entrar en Red Bull. 2019 parece un año clave, pero ¿Estaría para entonces Alonso en una posición de poder o querer unirse? Complicado de adivinar. Y siempre queda la pregunta de si en Red Bull querrán sus servicios.

¿Y ENTONCES QUÉ?

Esta parrafada por la que pido disculpas explica, a mi modo de ver, la situación actual: un bloqueo de p*** madre. Y es en este punto donde se necesita un equipo emergente que pueda romper los moldes actuales y meterse en la pomada. Hace tres años, ese equipo era McLaren-Honda, pero pocos o casi nadie creen ya en el matrimonio anglo-japonés, y el divorcio parece inminente. De no producirse, McLaren tendría que esperar mucho -seguramente hasta el próximo cambio de reglamento post-2020- para ser competitiva, y a buen seguro acabarían perdiendo a Alonso en favor de otra escudería o campeonato.

La solución, más inmediata, y siempre pensando en el beneficio de Alonso, es que McLaren se alíe con Renault, pero eso tampoco es garantía de victorias inminentes, y los de Woking perderían el factor fábrica: básicamente, tener a un suministrador exclusivo con el que desarrollar motor y chasis en conjunto sin necesidad de dividir recursos o tener que luchar contra un equipo oficial –cosa que va a ocurrir con Renault-. Y ahí, McLaren sale perdiendo, y mucho, ¿cuánto les interesa hipotecar el futuro por retener a Alonso? 

El cambio a Renault solo se entendería si fuera una transición a un futuro con Porsche o con un motor propio en 2021, y siempre con la idea en mente de retener a Alonso sea como sea.

Eso sí, darían un salto de calidad tan pronto como el año que viene. Hay que recordar que el motor actual de Renault se rediseñó por completo a principio de temporada para luchar con Red Bull contra Mercedes, y aunque les ha salido el tiro por la culata, se está usando de base para el propulsor de 2018. Si los franceses consiguen superar sus problemas de fiabilidad, McLaren podría tener opciones de luchar por algún podio. 

¿Podios? ¡Alonso quiere victorias! Sí, pero olvidémonos de milagros. Si Alonso no está el año que viene en Ferrari, Mercedes o Red Bull, es imposible que gane el título. Pero sí es una posibilidad real que McLaren pruebe el champán en 2018, y eso pueda saciar la sed del asturiano y renovar ilusiones, quizá a la espera de los ya mencionados motores Porsche, propios de McLaren o de algunos movimientos del mercado que le permita meter cabeza en otro lugar. Si buscan un futuro a largo plazo motor Renault, las opciones de McLaren de luchar por un título se reducen enormemente.

Fuera de McLaren, Williams o Renault son, a mi entender, las mejores opciones: pero ambas, igual que en el caso de McLaren esperando a Honda o uniéndose con Porsche, tienen un punto en contra muy claro: el tiempo, y por consiguiente, la paciencia de Alonso. Y no vamos a negarlo, son arriesgadas.

Lo de Williams no es ninguna locura. Ahora mismo, dentro del equipo fallan los pilotos, pero el terreno se está asentando para que, si la escudería Mercedes decide marcharse tras 2020, los de Grove, con Paddy Lowe a la cabeza, se queden como estructura semioficial de Mercedes en F1.

Renault ya avisó en diciembre de 2015, tras confirmar en el último minuto la compra de Lotus, de que el suyo es un proyecto a muy largo plazo, y pese a los fallos de fiabilidad en el propulsor, los buenos resultados que ha conseguido Hülkenberg en algunas carreras este año son alentadores de cara al futuro, quizá lejano, quizá posterior al cambio de reglamento después de 2020.

Si Renault quiere ser campeón en un futuro contra los Mercedes, Ferrari y Red Bull de turno, Alonso me parece la opción perfecta. O, al menos, para llevar al equipo a esa posición. El asiento de Palmer le deja esa puerta abierta de inmediato, y en caso de que Sainz herede esa posición, todo sería ver cuál es el rendimiento de la pareja Sainz-Hülkenberg y si a Renault le interesa romper la dupla para acoger a un bicampeón del mundo en los coletazos finales de su carrera deportiva. Falta Kubica en esta ecuación, pero considero muy improbable verle en un equipo que luche por el campeonato del mundo.

Personalmente, vería el paso a Renault como un movimiento acertado en caso de que Alonso quiera cambiar de aires. Sí, sería volver a una situación similar a la de McLaren-Honda en 2015, pero como hemos dicho, es un equipo emergente y sin una dupla de pilotos establecida quien puede romper los moldes actuales. ¿Y cuántas posibilidades hay de que Renault repita una pifia similar a la de McLaren-Honda?

Como veis, es todo un mar de dudas. Sin embargo, hay algo que tengo más claro: las ganas y el tesón de Alonso por triunfar. Y es ahí donde me cuesta creer que va a marcharse de la Fórmula 1 en el corto plazo a pesar de los varapalos deportivos que se ha llevado, de sus 36 años de edad y de lo tentador que resulta la Indy o Le Mans.

El asturiano rinde y asegura estar en un momento de forma pletórico. Los años no pasan en balde, cierto, pero la retirada en F1 no está impuesta a una edad fija, sino a rendimiento, ganas e ilusión. Y esas tres, creo que se cumplen.

Alonso lleva desde Hungría 2014 sin subir al podio, y tres años entrenando a conciencia en pretemporada para luchar con McLaren-Honda por triunfar. Esas ganas y ese esfuerzo no pueden caer en saco roto. La IndyCar o el WEC son buenas opciones, sí; pero no son la F1. Con 41 años, Juan Pablo Montoya es un buen ejemplo de que a Alonso aún no se le ha pasado el arroz para salir de la F1 y ser competitivo. Si así fuera, no habría tenido opciones a la victoria en las 500 Millas de este año.

Que el asturiano vuelva a estar en una posición de ganar un título es muy complicado, pero como hemos visto, incluso en la maraña actual, hay ciertas esperanzas. Mínimas. Casi inexistentes. Vale, seamos claros, hay que confiar y rebuscar mucho para encontrarlas, pero las hay. Y no se puede pedir al hombre que ha aguantado tres años la vergüenza de McLaren que no se aferre a ellas. Y mucho menos, desprestigiarle por hacerlo.

¿Cuánta paciencia le queda a Alonso?, ¿Cuántos años más podrá rendir al máximo nivel? De eso depende todo.

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