lunes, 8 de septiembre de 2014

La resaca del champán: Italia


El Gran Premio de Italia ha pasado más rápido que los coches por la larga recta de Monza, y la F1 se dispone a iniciar su periplo por Asia, dejando atrás a un Viejo Continente que no volverá a pisar hasta febrero del próximo año. ¿Y el Gran Premio de Rusia?, preguntarán algunos. Bueno, está por ver. Soy de los que opinan que se acabará corriendo, pero las voces que apuntan a un boicot son cada vez más altas dentro de la FIA, y las sanciones que la Unión Europea planea contra el país del Kremlin avivan aún más este rumor.



En Monza se cumplió el guión casi normal de este año. En Mercedes pudieron respirar con serenidad al ver que sus dos coches cruzaron sanos y salvos la línea de meta. Victoria para Hamilton seguido de Rosberg, que se lo puso en bandeja al saltarse la primera chicane, maniobra que a muchos tiene con la mosca detrás de la oreja. Hay quien apunta a que el "error" de Rosberg no fue más que una sutil artimaña para cumplir el castigo impuesto por el equipo. Una forma de castigar al principito que le rompió los juguetes a su compañero dos semanas atrás. Me cuesta creerme todas las teorías conspiratorias que nacen alrededor de momentos señalados. Llamadme inocente, pero ni creí en su día que Red Bull estuviera manipulando la mecánica de Webber, ni creeré que Rosberg se salió a propósito. Fallar bajo presión es una de las muchas cualidades del alemán, cosa que este año ha demostrado en dos ocasiones, aunque hay algunos que también ven fantasmas en eso. Si hay castigo interno, Rosberg ya tendrá tiempo de cumplirlo, pero, en mi opinión, que el líder del mundial se deje pasar por su máximo rival- en todos los ámbitos- es como marcarte un gol en propia.

Aunque para gol el que Massa le ha metido a Ferrari en su templo. El día en que su ex equipo hace la peor carrera, va él y se sube al tercer escalón con un Williams. Dije hace tiempo que en el podio de Monza tenían preparada una sola botella de Martini. Fue Massa quien se la bebió esta vez, aunque por los pelos, ya que detrás estaba Bottas, quien tuvo que pensar eso de "a falta de pan, buenas son tortas" y miró a los vencedores desde ese agridulce balcón que es la cuarta plaza. Aunque si otea a su alrededor, el finlandés puede estar más que contento de cómo le van las cosas a él y a su equipo. Los doce puntos que consiguió le han valido para colocarse cuarto en el mundial de pilotos, por delante de Fernando Alonso.

 El asturiano no pudo terminar si quiera. Teniendo en cuenta lo susceptible que la cultura romana era con las señales del destino, no es un buen augurio que el primer abandono del asturiano- por fallo mecánico, algo que no se ve desde Malasia 2010- venga la misma semana en la que tanto él como su equipo han repetido por activa y por pasiva que seguirán viéndose las caras. La oportunidad de McLaren se difumina en el entorno del español, que jura lealtad momentánea a una escudería que necesita, palabras textuales, tres años para volver a la senda de la victoria. Quizá Fernando pueda ganar alguna carrera cuando empiece a peinar las canas, pero tener el mejor coche no siempre te asegura el título, como él bien sabe. Nadie duda de su talento, pero la edad hace mella en todos, y aunque ahora le quedan vestigios de ese agresivo niño con perilla que llegó en 2001, poco a poco irá cediendo su lugar en pro de nuevos talentos que surjan. Es algo natural, a todos los grandes les ha pasado, y el verdugo de Schumacher lo ha vivido en primera persona.

Hablando de verdugos, hay quien ha visto al de la guadaña merodeando por las fábricas de Caterham, Marussia y Lotus. Lo de los chicos de Groove no tiene nombre. El año pasado consiguieron hace el segundo mejor coche de la parrilla, se les marcha Kimi, y desde entonces todo son malas noticias. La deuda de los británicos asciende a casi 200 millones de euros, algo impagable incluso para Pastor Maldonado, una de las principales fuentes de ingresos, y quien se ha ganado la renovación a base de talonario. El venezolano está viviendo la peor temporada de su vida, ayudada por lo malo de su coche y por su falta de velocidad y consistencia. Sí, no es un hombre que debiera estar en F1, pero aquí romperé una lanza en su favor: ganó un Gran Premio en 2010, y es campeón de la GP2 series... hay gente que tiene el asiento por mucho menos.

Singapur es la próxima parada del calendario. La ciudad-estado acogerá su séptimo Gran Premio. Bajo la noche y los focos, viviremos la Fórmula 1 en estado puro, mucha imagen, glamour, dinero y algo de carreras. Para los que nos interesamos por lo que ocurre en pista, decir que Vettel ha ganado aquí tres veces, y que el circuito se adapta bien a las características del Red Bull. Con esto no estoy dando a entender que el alemán va a vencer, sino que debería, porque va siendo hora de que el campeón del mundo despierte, que a estas alturas pocos son los que recuerdan que el teutón es quien lleva la corona sobre su cabeza. Las luces iluminarán nuestro camino el 21 de septiembre con la segunda carrera nocturna del año, ¡eso sí que va a ser una buena fiesta!

Por cierto, antes de que se me olvide me gustaría hacer un apunte curioso. Las burbujas del champán llevan a uno a meditar y sacar conclusiones que en condiciones normales ni se nos pasarían por la cabeza. El año 2006, durante el Gran Premio de Italia, en la primera chicane, y por culpa del motor, Alonso tuvo que abandonar. Al año siguiente, estaba corriendo con McLaren... a especular, que son dos días.
reflexiones que en condiciones normales ni siquiera se nos pasarían por la cabeza. En el año 2006, en el Gran Premio de Italia, el la primera

FELIZ LUNES DE RESACA




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